
¿Alguna vez has aplicado la de “para eso trabajo”, “me lo merezco” o “solo se vive una vez” antes de realizar una compra para justificarla? Estas son pequeñas acciones que por sí solas pueden no parecer graves, pero al ser muy recurrentes comprometen tu salud financiera. Te vamos a dar algunos tips para evitar compras compulsivas.
Mucho ojo, claro que puedes darte tus gustos, la vida sería muy aburrida si no salimos de la rutina, pero asegúrate de pagar estos placeres con los ahorros que hiciste exclusivamente para este tipo de compras, el problema viene cuando usamos dinero que no es nuestro para un gustito efímero. Financia solo los bienes o servicios que aún puedas seguir haciendo uso de ellos en tu último pago o muchísimo tiempo después.
Evita guiar tus compras por tu estado emocional
Si eres de los que se pasea por centros comerciales para quitarse la tristeza o lo estresado, evita realizar compras durante tu recorrido. Lo mismo puede pasar cuando estás feliz, por la euforia. Define límites mentales y evita usar las compras como recompensas.
No uses las tiendas online como entretenimiento
Hay veces que navegamos por nuestras tiendas favoritas en línea o apps como Amazon, Mercado Libre o Shein cuando estamos aburridos. Esta decisión es mala porque de cada 10 productos que veas, seguro sales con 1. Estas tiendas son excelentes gracias a sus envíos a bajo costo, o hasta gratuitos, y su sinfín de ofertas, pero mucho ojo porque esto puede ser un arma de doble filo.
Sigue tu presupuesto
Así como es importantísimo tener presupuestado lo que gastaremos para servicios básicos, transporte, cuidado personal o ahorros, también lo es destinar dinero para el ocio. Define un monto que sea realista, uno que puedas cubrir fácilmente un par de salidas a comer, ir al cine o antojitos del fin de semana, no gastes más de ese dinero y ten una nota mental de cuánto te va sobrando a la semana.
Aprende a identificar el nivel de necesidad de la compra
Este paso puede ser un poco complicado, ya que le puedes dar la vuelta fácilmente, claro que necesitas ropa, comida, cuidar de tu salud o entretenimiento, pero antes de pagar pregúntate qué pasaría si no haces esa compra. Pongamos un ejemplo, no pasaría nada malo si no te compras esos jeans, pero seguramente sí pasaría algo negativo si no compras la llanta de refacción que necesita tu auto.
Guarda la tarjeta de crédito en casa
No tener la tarjeta a la mano cuando queremos hacer compras compulsivas puede ser la herramienta más eficaz de todas, ya que sólo dispondremos de nuestro efectivo o tarjetas de débito. Si la compra es importante, la realizaremos con nuestra liquidez, pero si sólo era por impulso, te obligará a enfriar la cabeza.
Evita el guardar predeterminadamente tus tarjetas
Hay muchas tiendas en línea que guardan tus datos bancarios en su servidor para que, en un futuro, cuando quieras volverles a comprar, tan solo estés a un click de realizar el pago. Es tan fácil sólo presionar un botón que no alcanzamos a procesar las consecuencias financieras. Es mejor no guardar tus datos en automático y tener esos minutos extra, en lo que encuentras tu tarjeta, para pensar si en verdad lo necesitas.