La tarjeta de débito es uno de los medios más efectivos de pago. Sus ventajas son numerosas: te permite retirar efectivo, pagar la cuenta en el restaurante y el súper o bien, domiciliar pagos (luz, agua, teléfono, etc.). También te ayudan a tener un control más puntual de tus gastos, porque, literalmente, gastas lo que tienes.
El estudio Inclusión Financiera, realizado por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, reportó que cada vez son más las personas que utilizan las tarjetas de débito (TDD) para realizar diversas transacciones. Tan solo en 2012 se efectuaron 914 millones de pagos con este tipo de tarjetas, una cifra exponencial que deja ver la comodidad que representa utilizarla.
En la actualidad, 74% de la Población Económicamente Activa (PEA) en México utiliza la tarjeta de débito como un medio de pago, convirtiéndose así en el más utilizado.
Invierte con tu plástico
Sin embargo, a partir de 2010 las tarjetas de débito parecen haber cobrado vida, ya que a partir de esa fecha también nos ayudan a ganar dinero, a través de la inversión en Certificados de la Tesorería.
Estos certificados nacieron como una forma para ayudar a democratizar la inversión de las personas físicas y poder hacerlo en cantidades tan pequeñas como $100 pesos. Así, también dio inicio el programa cetesdirecto, que está albergado en una plataforma digital que todavía facilita más el proceso de invertir y que hoy tiene más de 35 mil clientes con una inversión mayor a los $1400 millones de pesos en valores gubernamentales.
Sin embargo, para aquellas personas que no cuentan con acceso a internet, la operación se apoya en Nacional Financiera (Nafin) para el manejo de cuentas individuales y en las sucursales del Banco del Ahorro Nacional y Servicios Financieros (Bansefi) y en el Banco Nacional del Ejército Fuerza Aérea y Armada (Banjército) para contar con ventanillas de atención al público.
¿Qué cambió?
Hay que recordar que desde el nacimiento de los Cetes era necesaria una cuenta de ahorro para vincular tus inversiones. Pero había un problema, ya que después de llenar la mayoría de los pasos para contratar llegaba uno donde la mayor parte de la gente dejaba de ganar dinero: te pedían tu FIEL o tu Clabe interbancaria, datos que normalmente uno no lleva en la cartera o los tiene a la mano.
Al notar que gran parte de los potenciales inversionistas dejaban su dinero estático, el programa cetesdirecto decidió que lo mejor era prescindir de esos datos . A partir del 10 de diciembre del año pasado el proceso para invertir en Cetes se simplificó, ya que para comenzar a sacar el rendimiento máximo a tu dinero solo necesitas el número de tu tarjeta (el que viene impreso en el frente del plástico). La razón: hacer más eficiente y acelerar el proceso de contratación.
¿Y si no tengo tarjeta de débito?
Lo más recomendable es que dejes de guardar el dinero en una alcancía o en tandas y lo pongas a trabajar en Cetes. Si aún no cuentas con una tarjeta de débito puedes acudir al banco que más se adapte a tus necesidades y solicitar la apertura de una cuenta de ahorros. Recuerda, con una tarjeta de débito, además de poner a trabajar tu dinero, llevarás un mejor control en los gastos que realices.